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Los Armaos

LA SEMANA SANTA Y LOS ARMAOS

En los siglos XVI y XVII siglos se fundaron en Sigüenza las Cofradías de la Vera Cruz y del Santo Sepulcro, fusionadas al cumplir el primer tercio del XX. Sus cofrades son los que portan los pasos de Semana Santa en las procesiones que recorren la ciudad desde el Domingo de Ramos al de Resurrección. Es una de las semanas del año de mayor afluencia turística.

Estos cofrades se dividen en hermanos de vela y hermanos de carga. Estos últimos, que son los que llevan sobre sus hombros los pasos, son popularmente llamados armaos, a causa del traje de rasgos militares que visten. Compuesto de camisa blanca, calzón y chaquetilla de pana negra, y medias y zapatos del mismo color. Sobre este traje de dentro se colocan un cuero o coleto, y unas mallas o corazas, que se componen de peto y espaldar, y que ciñen con una vistosa faja de color rojo. Completan el traje un yelmo y una lanza.

El paso típico de estos hermanos de carga, arrastrando los pies al portar las imágenes, es conocido como el paso de armao y es uno de los sonidos más peculiares de las procesiones seguntinas. La tradición de ser armao pasaba siempre de padres a hijos o de hermano a hermano o entre amigos. Pero en la actualidad, y desde el 2016, las mujeres pueden ser hermanas de carga.

Las procesiones seguntinas comienzan el Domingo de Ramos, con la que traslada desde la parroquia de Santa María, ubicada en el Arrabal, a la catedral el paso de “La Entrada de Jesús en Jerusalén”, conocido popularmente como “La Borriquilla”, tras la bendición de los ramos. Único paso que lleva ruedas. Por la tarde se trasladan el resto de los pasos desde la nueva ermita de la Vera Cruz, antes de la Venerable Orden Tercera, hasta la Catedral.

En el Lunes Santo empieza la distribución de pasos por las distintas parroquias. Ese día desde la Catedral se llevan a la parroquia de San Vicente los pasos de “La Oración en el Huerto” y “La Flagelación”. Se trata de una procesión de especial belleza al transitar por el centro histórico medieval de Sigüenza. El paso de armao resuena más que nunca cuando las imágenes ascienden lentamente por la calle Mayor y recorren la estrecha Travesaña Alta, acompañadas por la Banda de Cornetas y Tambores. El Martes Santo procesionan los pasos de “El Beso de Judas” y de “La Virgen Dolorosa” desde la Catedral a la parroquia de Santa María. El Miércoles Santo se realiza el traslado de “El Santo Sepulcro” y de “La Virgen de la Soledad” desde la antigua Ermita de San Lázaro, hoy iglesia de la Residencia de ancianos “Padre Saturnino López Novoa” hasta la Catedral. Y el Jueves Santo, día en el que no hay procesiones, se visitan los Monumentos (altares de flores y velas en torno a un sagrario vacío) en las iglesias y parroquias de la ciudad.

El Viernes Santo en Sigüenza es el día grande de la Semana Santa. Por la mañana salen simultáneamente tres procesiones desde las tres parroquias seguntinas: la de San Pedro en la Catedral, la de San Vicente y la de Santa María, hasta juntarse en la Plaza de Don Hilario Yaben, y recorrer juntas, acompañadas de los hermanos y hermanas de vela, la Banda de cornetas y tambores y la Banda municipal, la calle del Humilladero y el Paseo de la Alameda hasta la ermita de la Venerable orden Tercera, donde los pasos quedan depositados hasta el año siguiente.

Por la tarde noche se celebra en la Catedral la Ceremonia del Descendimiento de la Cruz, que recuperó después de 237 años. Los armaos eméritos, que son aquellos que por su edad o por cualquier problema ya no pueden llevar los pasos al hombro, son los encargados de bajar a Cristo de la cruz y depositarlo en su sepulcro. A continuación, el sepulcro, acompañado por “La Virgen de la Soledad”, que procesiona mecida por los armaos en traje de dentro, recorre las calles de Guadalajara y José de Villaviciosa hasta la ermita de San Lázaro. Los cánticos de las Esclavas de la Virgen y el sonido de los tambores los acompañan. Allí tiene lugar uno de los momentos más singulares de la Semana Santa seguntina, cuando el mayordomo de la Cofradía de ese año da tres fuertes golpes en la puerta de la Ermita. Desde dentro le preguntan: “¿Quién?”, respondiendo él desde fuera: “Jesús el Nazareno, Rey de los Judíos”. Y cuando las puertas se abren, la multitud rompe el silencio con un fuerte aplauso.

El Domingo de Resurrección se celebra la última de las procesiones seguntinas, denominada del Encuentro, de la Alegría o de La Torrendera, por la Virgen que portan las hermanas de carga, y que en el atrio de la catedral hace tres genuflexiones ante la imagen de su hijo resucitado portado por los armaos más jóvenes. Posteriormente, ambos pasos procesionan por la calle de Guadalajara, la del Humilladero y el Paseo de la Alameda hasta la iglesia de Nuestra Señora de los Huertos. A continuación, la Banda municipal ofrece un pequeño concierto antes de la tradicional quema de Judas, un pelele lleno de petardos que se cuelga en medio de la Alameda.

La mayoría de los primitivos pasos de Sigüenza fueron quemados en la guerra. Los actuales fueron adquiridos poco a la poco por la Cofradía. Todos ellos han sido restaurados recientemente e incluso se ha tallado uno nuevo, a semejanza del antiguo: el paso de La Flagelación.

Semana Santa y los Armaos
Semana Santa y los Armaos