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La Sigüenza, Sede Episcopal, núcleo irradiador y generador de Cultura artística

El hecho de que Sigüenza, fuera restaurada como sede episcopal, tras su reconquista, llevó a don Bernardo de Agen a proyectar una nueva iglesia que fuera imagen especular de esa nueva ciudad concebida en su plan restaurador, al haber solicitado y habérsele concedido el señorío conjunto de la Segontia inferior y superior con su Castillo.

Tanto la construcción de la nueva iglesia, su Catedral, como la configuración de la actual ciudad de Sigüenza, a lo largo de su historia, solicitaron, reunieron y acogieron a los artistas más avezados en los diversos campos de la ciencia y de las artes. Y no sólo esto, si no que algunos de ellos encontraron un nuevo lugar donde fundar sus talleres e, incluso, sus familias generando, así, escuelas de los más diversos oficios: maestros de obras y canteros, entalladores y carpinteros, pintores y doradores, plateros y orfebres, herreros y relojeros, bordadores, vidrieros, iluminadores, músicos y organeros, libreros y actores, campaneros y fundidores, etc.

Con ellos, indudablemente, algunos de los vecinos de esta ciudad aprendieron los oficios que después, a su vez, desempeñaron para Gloria de Sigüenza, y, a su vez, de su señorío civil y su obispado eclesiástico. De hecho, será en la Catedral donde, por vez primera, se ensayen las innovaciones surgidas en los distintos estilos artísticos, y, de ella, pasarán a las parroquias que componían su obispado. Por ello, es bastante frecuente encontrar a los artistas que trabajan en la fábrica de la Catedral seguntina, recibiendo encargos o firmando contratos en las parroquias que componen el obispado seguntino. Es más, frecuentemente, en los pueblos más cercanos a la ciudad episcopal, serán los propios canónigos, que en muchos casos atendían como párrocos las iglesias de estos municipios, los que, además de ser sus mecenas, arrastren a estos singulares artistas, que habían acudido a las más diversas obras de la Catedral, para realizar portadas, retablos, pinturas, túmulos funerarios, campanas, trazas de iglesias, etc.

En definitiva, la Sede episcopal de Sigüenza, con su Catedral como estandarte, fue tanto receptora como generadora de la mejor cultura artística que surgía y se realizaba en cada momento, tanto en nuestras fronteras, como en el resto de Europa.

Miguel Ángel Ortega
Director del Museo Diocesano

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